Y cuando crees que lo has perdido todo, que no vales para casi nada, que siempre la jodes, aparece alguien que te hace sentir especial, que te hace sentirte viva y decir esta soy yo. Esa persona a la que puedes estar mirando segundos, minutos o incluso oras. Te fijas en detalles tan mínimos como las veces que supira o que parpadea o que sonríe. Le miras a los ojos y algo te ocurre en el estómago, algo desagradable pero que te gusta. Te cuesta tragar, aguantas la respiración, notas los latidos de tú corazón uno tras otro. Te fijas en todo sobre él, si se muerde las uñas, o cosas tan insignificantes como ver como coje un lápiz. Las cara que pone cuando cuando esta contento o la que pone cuando está triste. Te quedas observando embobada cada detalle. Sonríes cuando sonríe, te preocupas cuando llora, grita cuando grita; sientes todo sobre él. Y de repente te das cuenta de que para él tan solo eres una mas, nadie en especial, entonces eso que te recorre por dentro te dice que cambies; que grites si hace falta, que llores, que des pena, que cambies, todo porque se fije en tí. Y tú te esfuerzas por estar a la altura, cambias cosas sobre tí, piensas las cosas antes de decirlas, porque esta vez si que no puedes cagarla, claro que no. Entonces no sabes si esto va a acabar alguna vez, o si lo que estas haciendo es perder el tiempo, pero entonces pasan cosas, o mas bien hace cosas; cosas que te hacen pensar, le importo.